Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han supuesto una revolución en la manera de afrontar muchas áreas de la vida diaria. También la relativa a la enseñanza.
Las TIC se han ido incorporando paulatinamente a la educación, generando métodos innovadores de enseñanza y transmisión del conocimiento. Ayudan a abaratar los costes y reducen el tiempo en muchas labores, como la búsqueda de información y acceso a bases de datos a nivel global.
De este modo pueden producirse cambios positivos en la relación entre profesores y alumnos. El estudiante ya no debe limitarse a recibir los conocimientos de manera pasiva, hacer los ejercicios y deberes y esperar la corrección. Al contrario, ahora puede llevar la iniciativa y organizarse con otros alumnos en redes educativas que excedan el área de su centro escolar.
Esta inserción de las nuevas tecnologías en la enseñanza cuenta con la ventaja de que las generaciones actuales de estudiantes ya están muy acostumbrados a la interacción con las TIC. Hoy en día, incluso elementos que anteriormente solo se empleaban en el ocio están demostrando ventajas en el ámbito educativo.
Es el caso de los beneficios de los videojuegos para los niños, que ya están siendo aplicados en muchos colegios para motivar a los estudiantes y diversificar los medios de transmisión del conocimiento.
Las TIC también liberan al profesor de tareas rutinarias y le permiten centrarse en los alumnos menos aventajados o en la explicación de aquellos conocimientos que requieran más esfuerzo que la simple memorización.
Además, gracias a las TIC estamos asistiendo a una ampliación de la comunidad educativa. Los alumnos ya no tienen por qué limitarse a percibir la realidad que les circunda físicamente. Las comunicaciones en tiempo real les proporcionan una visión mucho más amplia.
Desde un centro escolar cualquiera con conexión a Internet, se puede contactar con otra escuela que esté en la otra punta del mundo para conocer las semejanzas y diferencias en el día a día de los alumnos de otras culturas y sociedades.
Esto ayuda a abrir la mente de los alumnos y a que relativicen sus problemas y comprendan mejor su lugar en el mundo. También proporciona una serie de enormes ventajas en el estudio de idiomas, un aspecto cada vez más relevante en un mundo globalizado en el que muchas personas pueden acabar trabajando en países distintos a aquellos en los que han nacido y estudiado.
Ayudar a nuestros hijos a aprender idiomas es una de las mejores maneras de abrirles más puertas en su futuro. Les proporciona muchas más opciones laborales y facilita que tengan una visión más amplia del mundo. El inicio del estudio de idiomas en la infancia facilita que se alcance mucha mayor fluidez en el manejo del idioma adquirido y gracias a las TIC, las posibilidades de fomentar este aprendizaje son mucho mayores que las que tuvieron las generaciones anteriores.
A pesar de todas sus ventajas, las TIC en el entorno educativo también pueden presentar algunos riesgos que deben ser minimizados por profesores y padres. Así, es imprescindible enseñar a los alumnos a manejarlas de manera útil y responsable para evitar que se conviertan en una fuente de distracción.
Pero no solo los más jóvenes pueden mejorar su aprendizaje gracias a las TIC. Gracias a ellas, los mayores también tenemos muchas nuevas opciones para seguir estudiando, aprendiendo y especializándonos en las áreas de conocimiento que nos interesen, a veces incluso de manera gratuita.
Ignorar el progreso de la tecnología y sus enormes posibilidades supone quedarse atrás. En cambio, un uso sensato de ella nos proporciona grandes ventajas que sería absurdo despreciar.