Edificios históricos que cobran vida, que transmiten retazos de su historia, que se visten de dinámicos colores e imágenes, que abandonan la estática y se convierten en actores. Esto se logra a través de una novedosa técnica llamada mapping 3D que básicamente consiste en proyectar imágenes animadas sobre superficies reales, que hacen las veces de pantallas no convencionales.